miércoles, 19 de enero de 2011
A ellos.
Me encantan vuestros moños improvisados,
y vuestra ropa de mercadillo,
o robada,
siempre en chandal
siempre con tenis
corriendo y mirando hacia atrás
riendo
tropezando.
Vuestras uñas sucias
y la voz siempre en grito,
y esas caras dormidas de
la mañana.
Sin olvidar
esos bocadillos
casi pornográficos
en tamaño
del recreo,
esos piercings sobre el labio
superior
esos pelos de punta
y esa manera de albergar
modas,
siempre con tres
o cuatro temporadas
de desfase.
y vuestra ropa de mercadillo,
o robada,
siempre en chandal
siempre con tenis
corriendo y mirando hacia atrás
riendo
tropezando.
Vuestras uñas sucias
y la voz siempre en grito,
y esas caras dormidas de
la mañana.
Sin olvidar
esos bocadillos
casi pornográficos
en tamaño
del recreo,
esos piercings sobre el labio
superior
esos pelos de punta
y esa manera de albergar
modas,
siempre con tres
o cuatro temporadas
de desfase.
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