viernes, 21 de mayo de 2010
Rosa Pantopón
Rosa Pantopón
se levantó y salió de la cafetería,
a través del cristal la vi
los colores de su cuerpo mal ajustados
como esas veces en que los periódicos
muestran las fotos mal acopladas
los rojos y los azules ligeramente fuera
de su sitio.
Y alli me quedé, mis manos sobre la mesa
con las palmas extendidas
sin consumir nada.
La mesa, como todas las mesas
de cafetería de mis sueños,
de madera y plegables
de un gris antiguo,
marcada por fechas,
nombres y corazones
a navajazos.
Rosa Pantopón
volvió de la calle
se acercó
y con la vista fija
en la mesa
se quedó allí de pie,
observando,
pensando.
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