aquellos que no se ven por estar tan a la vista;
hice el esfuerzo de ignorar mi actual desdén,
de evitar los rincones más aislados de mi juventud
y mis pasos siguieron un itinerario sin rumbo
donde tuve la suerte de encontrar pocos cambios.
Y volví a maravillarme frente a aquellos árboles
que parecían helados de hierba
volví a rodear la inmensa y sucia
jaula de los pájaros;
seguí paseando, y a través de la verja
la enorme visera del teatro central
siempre a punto de caer en tus sueños;
me paré junto a la estatua de aquella enfermera
socorriendo a un soldado cubierto de moho
que siempre fuiste tú
y finalmente la cascada con los patos
donde siempre me sentí centinela
en algún punto de Asia.